El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta principalmente la atención, la impulsividad y la actividad motora. Se estima que alrededor del 5% de la población mundial padece este trastorno.
Aunque el TDAH es comúnmente diagnosticado en la infancia, muchas personas descubren su condición en la adultez, después de haber experimentado dificultades a lo largo de su vida. Reconocer los síntomas es el primer paso para mejorar el bienestar de las personas con TDAH.
Dificultad para mantener la atención durante tareas o actividades diarias
Tendencia a olvidar detalles importantes
Dificultad para organizar actividades diarias
Impulsividad en decisiones o en interacciones sociales
Interrupciones frecuentes durante conversaciones o actividades
Baja tolerancia a la frustración
Baja tolerancia y miedo al rechazo
Tendencia a problemas de consumo y adiciones
Hiperfoco y alta eficiencia en tareas de preferencia personal
Dificultad en seguir las instrucciones u ordenes
Multiples intereses y hobbies pasajeros
Tendencia a olvidar o perder cosas y pertenencias personales
Dificultad en quedarse callado o quieto
Problemas para conciliar el sueño
Tendencia general a llegar tarde
Tendencia a malhumor y cambios emocionales rápidos
Dificultad en seguir las conversaciones largas o complejas
Dificultad en mantener el orden y limpieza en casa
No, el TDAH puede presentarse de manera diferente en adultos y en niños, aunque las características centrales (inatención, impulsividad e hiperactividad) siguen estando presentes. Muchos adultos con TDAH no fueron diagnosticados en la infancia, porque los síntomas pueden haber sido más sutiles o atribuidos a la personalidad. Además, en la adultez, las personas suelen desarrollar estrategias compensatorias que pueden hacer que los síntomas pasen desapercibidos.
No. El TDAH es una condición neurobiológica que afecta funciones ejecutivas, como la organización, el manejo del tiempo, la atención sostenida o la regulación emocional.